martes, 13 de febrero de 2024

El hincha del Real Madrid


 Norte de G a z a. Finales de septiembre de 2023. Un numeroso grupo de niños revoloteaban a nuestro alrededor mientras los mayores explicaban a la delegación de activistas de las Ongs, Al Quds-Andalucía y el Centro Palestino de Derechos Humanos (Palestinian Centre for Human Rights), el bombardeo repentino que el mes de mayo anterior había matado a varios miembros de una familia cuando estaban sentados en la puerta de su casa en una región próxima a la zona de exclusión, junto al cerco fronterizo de la Franja, frente al paso de Erezt. Tan pronto como se percatan de nuestra procedencia quisieron saber nuestras aficciones futbolísticas y preguntan en inglés “¿Sois del Barcelona o de Real Madrid? " El niño corrio hacia su casa y regresó a los pocos minutos con la camiseta puesta y esta cara de satisfacción. La de cualquier niño o niña del mundo, mostrando un trofeo que le fuese muy querido. Un año después el ejército israelí ha lleva a cabo una de las mayores matanzas de niños de la historia, 10.000 habían sido asesinados por los terroristas sionistas a mediados de enero pasado durante los primeros 100 días de bombardeos sobre la población civil. Una cifra sobrepasada con creces a día de hoy. Se desconoce cuantos más hay bajo los escombros #STOPComercioDeArmas con Israel #AltoAlGenocidioEnGaza #altoalfuegoengaza #NoEnNuestroNombre

 

 

domingo, 15 de noviembre de 2020

Un tarde, la lluvia

Foto: María Galán Nieto

 

Biografía de un charco

belleza inesperada

como puzle de lluvia

que vive en la tarde

a ras del suelo, dibujando el cielo

viernes, 6 de marzo de 2020

El regalo de Atenea

Artículo de opinión  publicado en La Contra de Jaén y En Jaén Donde Resisto. Firmas invitadas

El mismo día a finales de enero que se materializaba la salida de Gran Bretaña de la UE, y se nos informaba con todo lujo de detalles sobre los males que se le avecinaban a la economía inglesa debido al brexit, el sector agrícola del país y en particular Jaén y Extremadura iniciaba un clamor en las carreteras por los bajos precios y la caída de los ingresos. La respuesta del ministro de agricultura ante la demanda de precios justos no tardó en llegar. "No se puede. La UE no lo permite". Era también el mismo día de enero que en el primer noticiario radiofónico de la mañana se recordaba el incremento millonario obtenido en el último ejercicio por los gigantes tecnológicos, (un 23% en el último ejercicio, precedido del 45% el año anterior), a los que sin embargo iba a ser difícil, cobrarle impuestos acordes a cambio. Seguir leyendo aquí... y aquí...

martes, 25 de diciembre de 2018

Nochebuena en la luz de los tiempos


El día de Navidad me encontró muy temprando de nuevo en la casa que me vio crecer. Sentada en la mesa camilla cuando sin esperarlo entró por la ventana un amanecer espectacular  de colores violetas y rosados. Mientras la luz del sol lo iba disolviendo me ha salido esta particular composición navideña que pienso enviar a mis amigas y amigos, con un relato de Antonio Tudela, sobre el día mas corto del año, tal y como sucede en un lugar milenario, "la cueva del Toril", Otiñar (Jaén). "Nochebuena en la luz de los tiempos" he pensado mirando las fotos con las sombras del sol sobre la pared, testigos del solsticio que marca el inicio de un ciclo natural en el que la luz del sol crece sobre nuestros días. (Aunque no baste para borrar las sombras humanas que amenzan este tiempo)

 Nochebuena, Navidad, fiestas de Año Nuevo, Solsticio... diferentes nombres, distintos ritos y contextos para significados que acompañan el hecho humano a través de los siglos: La celebración de la luz, el agitarse de la esperanza y de las incertidumbres ante la sucesión de las estaciones, el anhelo de seguridad en que mañana el Sol continuará su ciclo y que los bienes necesarios seguirán disponibles, y en definitiva, la búsqueda de sentido en el misterio de la vida. Huellas de ritos y celebraciones que conectan nuestras fiestas navideñas con significados muy antiguos, casi ancestrales pero que siguen vigentes manteniendo un hilo común que se pierde en la noche ( y luz) de los tiempos y que concierne a todas.

 ¡Felices Fiestas!
¡Que la luz del compromiso las ilumine y no las zozobre!




viernes, 20 de julio de 2018

La moto


Aparcada en el borde de la calzada, vestida con ropa ajena, era evidente que tenía un significado especial para su propietario. La herencia del abuelo que “quería conservar a toda costa”, había murmurado mientras inspeccionaba el asalto nocturno al depósito de la gasolina. Una vieja moto envuelta cuidadosamente en una sábana blanca también envejecida, testimonio del mimo que a menudo presta la gente humilde a sus pertenencias. Extraño envoltorio distorsionando de manera extraña el asfalto urbano, y afirmando la voluntad del recuerdo al abuelo desaparecido, quién sabe si en su vida tan disfuncional al contexto como el propio embalaje que ahora cuidaba su moto.

 

 

En la escena entra una mujer joven menuda, muy delgada, casi una niña, con tres criaturas revoloteando a su a su lado y la cuarta empujando hacia el mundo en su vientre. Las dos niñas y el niño se ven alegres, limpios, aparentemente bien alimentados y correctamente atendidos. Hay modestia y dignidad en todo lo que acompaña a la familia, habitantes amables de uno de los inmuebles mas modestos de la calle. No se percibe al menos huellas de la deriva hacia las cunetas vitales que lastra a muchos sobrevivientes de las clases precarias urbanas.

 

 

La niña mayor ha empezado a acariciar al perrito blanco y rápidamente se le acerca dispuesta a abrazarlo, también lo hace la bebé de pasos tambaleantes. Su gesto, le ayuda a detenerse y entablar un breve diálogo con las niñas y la madre. Mientras, el padre sigue murmurando improperios contra el desalmado que suele acudir por la noches a llevarse los “dos euros” de gasolina que tiene en el deposito: Los pobres maltratándose unos a otros, al son que marca la bacanal de los poderosos.

 

 

Desde esa tarde todos los días se saludan y conversan cuando se cruzan en la acera. Hace un tiempo que los observa en sus idas y venidas solitarias por esa calle. Debieron mudarse aquí no hace mucho. No los conoce, pero a veces, mirando a la chica le ha asaltado la ternura y luego una inquietud difusa, consciente de las incertidumbres que acechan a una joven madre precaria con tres hijos pequeños y el cuarto en camino hacia una ciudad empobrecida como la que habita.

 

 

La tarde de julio, se mueve solitaria y calurosa, al ritmo lento del verano. En el barrio se percibe la ausencia temporal de las familias que cada año se marchan empujadas por el calor a “Los Puentes” y las ausencias mas permanentes de los jóvenes de clase media que llevan años emigrando.

 

 

El encuentro con la joven pareja y sus tres pequeños, rememora la inquietud sobre los nuevos habitantes que ha encontrado en los últimos tiempos durante su incursiones por los rincones de la ciudad, inquietud por el conflicto latente y las incertidumbres que pueblan sus vidas.

 

 

Siente ahora disolverse la preocupación en el aire suave de la tarde, devolviéndole una especie de paz afable a modo de profecía sin alas de los nadie: “Nada saben de mí vuestros sueños, pero siempre os he sido fiel”. Luego, le sucede el tiempo esquivo de un interrogante en forma de esperanza contradictoria: Quizás es aún tiempo..., quizás aún, en la erosión silenciosa de los días sin nombre, anide algo hermoso que podamos construir juntos.

 

15 de Julio 2018

jueves, 12 de abril de 2018

Insumisa en la sala de espera



Es una práctica ya habitual de cada vez mayor número de servicios, insistir a sus clientes en la variadas posibilidades de hacer una operación online, y las múltiples ventajas que conllevan. En realidad, gracias a la innovación tecnológica, cada vez que nos sentamos delante de un ordenador para gestionarnos alguna cuestión relacionada con nuestra cuenta bancaria, o un billete de transporte, estamos haciendo gratis el servicio que hasta hace no mucho tiempo recibíamos en las oficinas atendidas por algún empleado o alguna empleada, y además sin comisiones. Sucede además que colateralmente, de alguna manera, nos convierten en parte cooperante de su próximo expediente de regulación de empleo.
Una de las medidas disuasorias utilizadas sutilmente, está siendo alargar enormemente el tiempo de espera a quienes insisten en acudir a las oficinas para hacer trámites de manera presencial. De tal forma que quienes desistieron hace tiempo de sacar billetes de tren, bus, avión, hacer la declaración de la renta o una transferencia bancaria, o pedir cita médica, en ventanilla, terminan sumando una jornada laboral gratis cada cierto tiempo. Al otro lado de la mesa ya no está un trabajador. El neoliberalismo digital innova cada día para extender la igualdad. Ahora el trabajo doméstico, gratuito, invisible y sin seguridad social, ni pensión, que el movimiento feminista vienen denunciando desde las últimas décadas del siglo pasado, hace tiempo que desbordó la esfera de los cuidados familiares y amplia el campo.
Esa mañana, en una moderna oficina del centro, mientras varias personas esperaban su turno, un hombre entrado en años se ha acercado a la pantallita de un ordenador en forma de atril que recibe a los clientes y le ofrece la posibilidad de sacar número para su próxima gestión presencial, o bien solicitar cita para el día siguiente.
Después de varios intentos fallidos con aviso de "Documento incorrecto, teclee de nuevo" en pantalla, ha llamado a una empleada para que le ayudase a obtener el ticket de la máquina de citas. Ella, para atenderlo ha debido dejar su mesa, donde por cierto, el trabajo, a medida que la sucursal innovaba en sofisticación técnica, se ha ido volviendo mas intensivo, hasta casi desparecer el tiempo para la sonrisa y el saludo que antes dedicaba a los clientes - ¿Que va hacer usted?- , le ha preguntado amablemente, mientras tecleaba en la pantalla el DNI del cliente -"Sacar dinero y hacer una transferencia" -"¿Y no tiene usted una tarjeta para el cajero? - "Ni la tengo ni la pienso tener", le ha respondido contundente aquel, y una vez obtenido, con ayuda de la amable trabajadora, su ticket con el turno correspondiente se ha sentado en un pequeño sofá de espera, convenientemente colocado frente a una gran mosaico luminoso, por el que van desfilando de tres en tres o de cuatro en cuatro, en pequeñas pantallas blancas rectangulares agrupadas en torno a una gran pantalla central, los turnos de llamada con el número de ventanilla a la que deben dirigirse los clientes en espera. De tanto en tanto, suena una señal y estos deben levantar la mirada hacia el gran mosaico luminoso para comprobar si toca ya su turno. El campo de visión están fuertemente acotado por dos paneles laterales de vivos colores, así que, inevitablemente, cada vez que levantan la vista hacia el panel luminoso para comprobar turno, deben mirar la gran pantalla central por donde incansablemente desfilan sugerentes imágenes que explican como pueden hacerse una misma las gestiones online, y los insospechados efectos y sensaciones que experimentaremos con tamaña tarea. Mientras, el tiempo de espera se alarga. Todo parece estar perfectamente estudiado para que los pertinaces clientes que insisten en acudir a la oficina a realizar trámites de forma presencial, como es el caso del que esa mañana asegura no tener intención de usar el cajero, desistan de hacerlo la próxima vez.
He aquí, que de pronto sucede el imprevisto que tanto teme todo fabricante de rutinas algorítmicas. El hombre, una vez acomodado en el sofá, ha abierto una bolsa que tiene en la mano, y de ella ha sacado una gafas de lectura y un libro -"¡Perdonen..! ¿Quién de ustedes tiene el CA025?"- -"Yo"- ha respondido el joven sentado en el mismo sofá, que espera turno mirando videojuegos en el móvil. "-¡Bien, no tengo prisa, detrás de usted voy yo!"- le ha respondido resuelto el insumiso a los cajeros automáticos. A continuación se ha calado las gafas, ha abierto el libro y se ha sumergido en la lectura, dejando claro que tampoco consultará los atractivos paneles luminosos con letras negras sobre fondo blanco, para comprobar si es su turno. "ANA KARERINA. Leon Tolstoy" han podido leer el resto de clientes, escrito en el lomo oscuro del libro, antes de volver al mosaico digital por donde desfilan los turnos de llamada, junto a las atractivas imágenes invitando al "háztelo tú mismo" online y "evite esperas la próxima vez"

Jaén 12 de abril de 2018

sábado, 25 de marzo de 2017

Ocho figuras femeninas.


Las ocho figuras del cuadro, evocan ocho modelos de vidas habitadas por la tristeza, habituadas a la obediencia en silencio, al sufrimiento con resignación, a un tiempo oscuro de represión y miedo. El mismo destino de sacrificio y sumisión -o de desamparo cuando no queda una figura de varón que las protegiese- trasmitido sin solución de generación en generación. En el caso del cuadro, desde la figura adulta de pie a la derecha y desde la figura sentada que podría ser la abuela. Ambas dirigen su mirada hacia las niñas. Todas las figuras con casi la misma expresión. Una de las niñas, parece tratar de buscar una respuesta o una escapatoria abrazando el cuerpo de la madre, abatida en el centro con gesto de impotencia, mientras ella parece que quisiera consolar a la bebe del futuro común que aguarda a ambas.

Hacia el negro parecen encaminarse todos los colores de estas ocho figuras femeninas y la atmósfera del conjunto del cuadro. En los pueblos de Andalucía, y en general en muchas culturas mediterráneas, era frecuente que las mujeres vistiesen de negro. Un color que podían empezar a vestir en señal de luto, siendo niñas, cuando algún familiar fallecía y luego podía suceder que fuesen encadenando un luto tras otro a lo largo de su vida. Con frecuencia el negro, era el color de las huellas que dejaban las guerras, las penurias y una historia de sumisión y desamparo. Y el que acompañaba una etapa de reclusión aún mayor en el espacio doméstico. Pero también solía abrir el tiempo de una gran resistencia, un tiempo de crecerse antes las adversidades para salir adelante solas o con una familia a cargo, en un mundo muy machista.

Fue retomando referencias a esta tradición, por lo que hace algunos años, un movimiento de mujeres insumisas, surgido en las guerras de los Balcanes, y la Palestina ocupada, que posteriormente se extendería a otros lugares, tomó el nombre de “Mujeres de Negro”, tratando de re-significar su sentido, desde el luto y la resignación, a la emancipación y lucha colectiva por dar a luz otra historia y otro mundo posible.

En 1975 y 1979, dos y seis años respectivamente, después de la fecha en la que están datadas estas “Ocho figuras femeninas”, se celebraron en Madrid y Granada, las I y las II Jornadas Feministas Estatales. De alguna manera abrieron un tiempo nuevo para la historia individual y colectiva de las mujeres de Andalucía y España.

(Texto sobre el cuadro "Ocho figuras femeninas". Francisco Luis Baños Torres 1973,  escrito para la exposición Modelos de Mujer, organizada por el Patronato Municipal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Jaén, con motivo del 8 de Marzo.)
María Dolores Nieto Nieto. Febrero de 2017

domingo, 11 de diciembre de 2016

De Jaén para Madrid

Enlace al artículo en la web "Jaén donde resisto"

En las crónicas del Jaén antiguo ha pervivido el nombre de Correa Almotacén. Según cuenta el profesor Coronas Tejada en su biografía del Jaén del siglo XVII, en 1602, preocupado por un problema común en las ciudades de la época -como la salubridad pública y la degradación que presentaban las vías urbanas debido a la suciedad a la que contribuían los animales domésticos campando a sus anchas por ellas-, el Ayuntamiento había nombrado a Correa Almotacén para vigilar que los cerdos no deambulasen libres por la calle, tarea que el nominado solía cumplir con tan poca eficacia como escaso interés, dándose la circunstancia de que en la calle donde él vivía era donde mayor número de animales sueltos solían verse. De manera que en las actas capitulares a lo largo del siglo es frecuente encontrar las alusiones a este problema.
La realidad de la ciudad y sus habitantes nada tienen que ver ya con la de aquel siglo, pero la frecuencia con la que nuestros vecinos y vecinas suelen quejarse por la deficiente limpieza de las calles, o por la presencia frecuente de roedores en ellas  (a pesar de que están pagando un sobrecoste anual de más de 8 millones de euros por la prestación de un conjunto de servicios encargado, entre otros, de la limpieza) nos sugiere la imagen de un Ayuntamiento hoy, en el que se decide la privatización de servicios municipales con los mismos criterios que llevaron hasta su cargo municipal al tal Almotacén en 1600.
Desde el punto de vista de política económica del país, inquieta el balance real y concreto que, desde Jaén, puede aportar hasta el momento el nuevo cargo del Ministerio de Hacienda. Tal vez, haber sido el Alcalde que menos inversión por euro presupuestado hizo en la ciudad durante su mandato (por  debajo de del 2% cuando en periodos anteriores la media oscilaba entre el 29%y el 15%). El que menos convenios de inversión concertó con otras administraciones (esto en Jaén, que ya antes arrastraba una situación histórica bastante desfavorable); el único, al menos que se recuerde, que fue a Sevilla a devolver inversiones; y el que más rápidamente incrementó la deuda financiera, (de 298 millones de euros en 2012 pasó a 526 a lo largo de 2015 y 2016).
Esto, después de haber formado parte de las corporaciones sucesivas en las que su partido gobernó con mayoría absoluta el Ayuntamiento y fue construyendo las bases (¾ partes) para la mayor deuda municipal del país y, aunque dedicó con empeño durante sus años de alcalde a cambiarle las fechas al origen del problema, nunca abordó una auditoría para avalar sus afirmaciones, pese a tener una mayoría holgada para hacerlo. También en política social el nuevo secretario de Estado ha dado señal de sus prioridades. Fue uno de los primeros alcaldes en responder a los recortes promovido por la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, para tratar de desenganchar rápidamente al Ayuntamiento de la responsabilidad en la prestación de servicios sociales, los mismos a los que hasta ahora Susana Díaz no ha dado una respuesta a la altura de las demandas, ni en cobertura, ni en calidad de empleo. El mismo que paralizó la opción por un transporte público más sostenible y consideró inútil la lucha contra el cambio climático antes que Trump. Tampoco en cuestiones de solvencia jurídica respaldando la política de ajustes del Gobierno, mejora su balance.
Sólo entre 2015 y 2016 llevó al Pleno medidas presupuestarias destinadas a afrontar la deuda municipal con el informe desfavorable del Secretario y del Interventor municipal, y no logró cumplir en su mandato ni un solo trimestre con los parámetros del Plan de ajuste aprobado por el Pleno Municipal de acuerdo a las directrices económicas de su propio partido en el Gobierno.
En resumen, como dirían las crónicas antiguas “Ante la grave situación económica del país, y avalado por los escasos resultados conseguidos, con su política económica en su propia calle, es decir en una de las ciudades donde más mayorías absolutas sucesivas obtuvieron, el nuevo Gobierno ha nombrado secretario de Estado de Hacienda”. Eso acontecía a finales de 2016.
En 1607, según se puede comprobar en el libro “Jaén siglo XVII. Biografía de una ciudad en la decadencia de España”   de Luis Coronas Tejada: “...como consecuencia de las deudas contraídas por el Municipio a lo largo de muchas décadas y del incumplimiento, por otra parte, de la administración municipal de los compromisos contraídos con los particulares, los deudores habían conseguido que la Chancillería de Granada embargase las rentas de los propios a fin de ir satisfaciendo los débitos”. Esos mismos años el Ayuntamiento tuvo dificultades para atender las necesidades más perentorias, entre ellas los salarios, siendo el sueldo que experimentó mayor ascenso el del verdugo municipal, que pasó de 6.000 a 10.000 maravedíes debido a que la oferta del Ayuntamiento  superaba la demanda de plazas y a la mayor cualificación adquirida por su titular en Madrid.


jueves, 10 de noviembre de 2016

Sorpresa en las urnas







Desde que a finales del siglo XX, Margaret Thatcher y Ronald Reagan vencieron a los mineros de Gales, las clase obrera parecía existir sólo en los relatos fotográficos de Killip, las películas de Ken Loach, ... y los boletines con las estadísticas de muertos en accidentes laborales que de vez en cuando llevan bajo el brazo las amigas de la HOAC. Ayer la ira de los perdedores durante cuatro décadas de neoliberalismo, globalización y deslocalizaciones, se filtró,en el tablero internacional agarrados a una esperanza paradójica, la que les ofreció el oligarca Trump en su conflicto de intereses con otros oligarcas:los vencedores de la globalización, los dueños del capital financiero. ¡Ojalá que los y las dirigentes de nuestra esperanza aún posible, Unidos Podemos, dejen pronto los debates "intergalácticos" y tomen nota rápido del significado del contexto! No hay mucho tiempo...Marie Le Pen, parece la siguiente.